Este blog es un espacio de trabajo de los estudiantes de Urbanística 1 de la USB - Universidad San Buenaventura de Medellín. Aquí se consignan muchos de los trabajos que hacemos en clase y en nuestras prácticas, está abierto a opiniones y comentarios que ayuden a enriquecer el proceso de formación y trabajo de los alumnos y el profesor.

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El ejercicio de esta semana se refiere a la película los hombres no que no amaban a las mujeres

Responder a la reflexion, la idea de ciudad y no ciudad reflejada en los escenarios en que se desenvuelve la película.

viernes, 19 de marzo de 2010

MI CIUDAD E IDENTIDAD

MI FAMILIA, MI CIUDAD E IDENTIDAD
Siempre me he sentido orgullosa de la familia en que nací, de sus costumbres y su educación; como toda familia paisa, es numerosa y por ende tiene mucha diversidad y color, es unida y cuenta, con Mucho amor.
Tengo la fortuna de que la mayoría de mis recuerdos sean hermosos, aunque con momentos… podría decir que… locos o folclóricos gracias a mi familia, y míos… a veces, seria hipócrita si no lo reconociera pues tengo que vivir con ello y con el hecho de pertenecer a una familia muy particular y un poco irreverente, es parte de mi identidad de lo que soy… Pero este no es el punto a tratar en este ensayo, si se tratara sobre mi familia podría escribir un libro entero y extenso. Entonces… como en mi identidad influyo mucho mi familia, destaco que también el lugar en que nací tiene mucho que ver, pues es cierto que como personas nuestra identidad lleva mucho del lugar en que crecimos como nuestra nacionalidad, la dirección de residencia, donde estudiamos, donde trabajamos, donde socializamos con nuestros seres queridos y amigos, o tan simple como donde se toma el bus para ir a estudiar cada día.
Así entonces tengo el deber de darle el crédito a mi ciudad, donde naci y aun sigo creciendo como persona, de ser participe de mis recuerdos más lindos, y a mi familia porque fueron creadores de ellos.
Ahora les contare un poco sobre mis recuerdos, tal vez no sean gran cosa para quienes lean este ensayo, no hay problema con ello, pero como es una tarea que requiere contarlos aquí va…
EL DESFILE FAVORITO
Tiene que ver con mi infancia, a la edad de 5 años recuerdo la primera vez que mi mamá me llevo a ver un desfile de silleteros, en esa época pasaban por la Avenida Oriental, fue muy importante para mi, no solo porque iba a ver ese espectáculo tan bello por primera vez de cerca, sino también… porque iba a ver por primera vez a mi papá y a varios tíos paternos desfilar con sus lindas silletas… ¡Sí! mi papá es silletero, el y mi familia paterna son del corregimiento de Santa Elena, sus padres, mis abuelos eran pioneros de esta tradición tan bonita, que ahora hace de Medellín en su feria de las Flores en un lugar lleno de magia y belleza, atrayendo a muchos turistas no solo del país si no de muchos lugares del mundo. Mi papá heredó el puesto o contrato que mi abuela dejo en este evento al morir; Recuerdo que fue muy emocionante ese día, aunque reconozco que no preste mucha atención a los demás actos que desfilaron ese día, yo solo quería ver pasar a mi papá, para llamarlo y que el me viera en el público como su espectadora… Allí sentada en el borde de la acera junto a mi hermana mayor y a mi mamá a la cual tampoco deje ver el espectáculo, preguntándole cada segundo ¿Mami y cuando va a pasar mi papá? ¿Mami si va a pasar cierto? ¿Mami por qué se demora? ¿Mami y va a pasar por este lado de la calle? ¿Y me va a saludar? ¿Y si va a llevar la silleta que hizo en la casa? ¿Y eso no le va a pesar mucho?...No recuerdo por fortuna que más le pregunte ese día…; Lo que si recuerdo también, es que en esa época no ponían gradas y a todos los espectadores sin importar nivel social les tocaba ver el espectáculo sentados en la acera, y el como algunos muchachos se montaban en los arboles que hay en la división de carriles en la avenida oriental, como pasaban señores vendiendo limonada y refrescos que mantenían en canecas con hielo para el calor, a el señor del algodón de azúcar, al policía que controlaba el paso, y por supuesto la Avenida Oriental en el carril Sur Norte llena de espectadores en sus aceras, viendo un espectáculo en el cual desfila mi papá hace 18 años, casi toda mi vida; ...Cuando mi papá paso fue muy emocionante, paso por el otro lado de la acera donde yo estaba… cuando mi mamá me lo señalo, lo primero que hice fue gritar Papi! Papi! Hola!, quería llegar hasta él, pero mi mamá me retuvo y… entonces el me miró, me sonrió y me saludo con su mano… Fue un momento mágico, sentí como si se me fuera a estallar el corazón, me sentía más orgullosa que él en ese día (porque es como un niño que estrena juguete, cada que llega esa fecha), en ese desfile, en ese espectáculo que ofrecía la ciudad como esparcimiento y diversión de sus habitantes; …Allí estaba mi papá el silletero desfilando con su silleta, llena de coloridas y aromáticas flores, y yo junto a mi hermana y a mi mamá, …Yo la niña más orgullosa de su papá y la más feliz en ese día.
MIS SÁBADOS, HACE ALGUNOS AÑOS…
Uno de los lugares que me trae muchos recuerdos gratos es el centro comercial San Diego… Mi papá trabaja cerca de allí, en un taller mecánico, para ser más precisa, por la Iglesia de la sagrada familia a unas cuantas cuadras del Centro Comercial, al el trabajar ahí, recuerdo desde que tengo uso de razón, todos los Sábados, mi mamá nos llevaba a mi hermana y a mi allí, lo recogíamos y después ir juntos a almorzar en San Diego… recuerdo que llegando a el taller mecánico San Cayetano(así se llama el taller), salía él a recibirnos con su overol y sus manos llenas de grasa, siempre con una gran sonrisa y un beso… con mucho cuidado, para no ensuciarnos de grasa, …mi hermana y yo lo acosábamos para que se cambiara rápido, con ganas de salir de ese lugar feo estructuralmente hablando, pero siempre con sonrisas y saludos respetuosos de los colegas de mi papá, ellos sabían que éramos la familia de Manuelito…como le decían o dirán aún?; … una calle llena de talleres a un lado, al frente quedaba una pared con pequeñas ventanas que pertenecían a una de las tantas bodegas o fabricas del sector y muchos hombres mugre; llena por el smoke que producen los autos, contaminación auditiva que producían los mecánicos en la sección de latonería y pintura, o el traqueteo que producía la sección donde recargaban las baterías, se oía: Acelerá!... Pásame el Gato! ...o Tírame la Llave…el martillo! …Acelerá otra vez!, o simplemente el radio que sonaba guascas, salsa brava como dicen por ahí y unos vallenatos demasiado corronchos para mi gusto. El taller donde trabaja mi papá hasta donde recuerdo no es para nada cómodo, en mi memoria es estrecho y oscuro, aunque siempre lleno de trabajo, sus paredes con los típicos almanaques de Piel Roja o de las Chicas Águila, mesas grandes llenas de herramientas esparcidas por todo lo ancho y largo, también habían unas cuantas, las más grandes colgadas en la pared… al fondo también se podía ver la ropa limpia de los mecánicos colgada en… se puede decir que la única parte medio limpia del taller y al lado unos cuantos lockers, un típico baño donde solo entran hombres mugre… nada aséptico por cierto y al lado una poseta o lavadero donde se aseaban; Mi hermana y yo entrabamos siempre a buscar a mi papá, pues mi mamá siempre muy bien vestida nos esperaba en la entrada, con cuidado de no tocar nada que pudiera ensuciarla, diciéndonos con una voz medio regañona: No vayan a tocar nada!, Cuidado con esas herramientas del piso!, Díganle a su papá que se mueva!, Cuiden su ropa, si se ensucian no las llevo a ningún lado! (a San Diego), afortunadamente mi papá casi siempre lo encontrábamos afuera, sentado en la acera departiendo con sus colegas y una cerveza fría en la mano…para refrescarse decía él, y si no estaba ahí, ni en el taller, teníamos dos opciones, el taller al quedar a mitad de la cuadra, con el pavimento manchado de gasolina y carros parqueados a sus lados, a sus esquinas quedaban dos lugares que mi papá frecuentaba… en la esquina hacia la derecha, frente a la iglesia quedaba un restaurante bar, donde además de saciarles la sed a los mecánicos con cerveza, contaba con unas cuantas maquinas de juego… y en una de sus entradas la misma chancera en su caseta y siempre con su talonario en mano, ya distinguía a mis padres…siempre nos recibía cada sábado con su ¡Ay como están de grandes!¡Ay las niñas de Manuelito! Como están?... para mi era eterno, además de esperar a mi papá para que se cambiara y lavara, mi mamá se quedaba desatrasandose con la señora del chance que también le contaba de sus hijas, que una vez mi mamá conoció… ni idea cuando! Era un martirio… Yo solo pensaba en ir a San Diego a mecatear o a montar en los carritos que estaban junto a la zona de comidas. Al otro lugar la esquina a la izquierda estaba un kiosco donde mi papá almorzaba en semana, y los sábados era cuando pagaba sus almuerzos a Doña Doris la señora del kiosco… con ella si interactué más a lo mejor por no ser una señora muy entrona…pienso yo, recuerdo que tenía imagen de malgeniada con una mirada profunda, pero cada vez que llegábamos con mi hermana allí, mostraba una sonrisa amplia y cálida, siempre pendiente que sus clientes se alimentaran bien( como una mamá preocupada de que sus hijos estén bien alimentados), cuando tenia oportunidad me abrazaba, me besaba la mejilla y me regalaba un bombón,… esta esquina por no tener la estructura de la cafetería bar, que al menos contaba con un salón lleno de mesas, con saleros, salsas y servilletas, vitrinas con pan y mecato, neveras con gaseosas y cervezas, era más frecuentada por los mecánicos del lugar, a lo mejor por la calidez de Doña Doris y sus almuercitos y jugos muy caseros, era una esquina estrecha, a sus lados se podían apreciar dos grandes talleres, solo contaba con tres mesas y con unas sillas improvisadas de cajas de gaseosas y otras de tronco de árbol; siempre estaba llena la esquina de Doña Doris… donde también podía encontrar a mi papá.
Ya estando en San Diego recuerdo que me escabullía corriendo por todos sus pasillos, entre vitrinas y demás niños que también eran llevados por sus padres los fines de semana, corría haciendo que mi hermana me persiguiera, aunque ella siempre ha sido más recatada y seria a veces me seguía el juego, yo por ser más traviesa o inquieta siempre sin faltar me ganaba el regaño de mi mamá...; a veces entrabamos primero a hacer compras, pero como el ambiente era más bonito y limpio, con todo oliendo a nuevo y muy organizado, no me costaba mucho esperar por los juegos y la comida rápida…, admito también que de vez en cuando hacia las típicas pataletas de niña antojada que quería varias cosas atractivas del almacén o de verdad el no poder aguantar las ganas de montar en los carritos en la zona de juegos. Me perdía, corría, saltaba , disfrutaba de todo el centro comercial, recuerdo mucho un almacén que al pasar había una cámara grabando y la imagen en un televisor, podía pasar ratos largos haciendo muecas, pasando una y otra vez para verme allí reflejada, mi mamá solo sonreía y decía con voz dulce modela! Mira como te ves!.... Ya estando en la zona de comidas, moría por todo los menús que ofrecían sus locales, y siempre pidiese lo que pidiese no podía, me llenaba pero no lo suficiente como para no disfrutar ahora si de los juegos, por los que había esperado gran parte del día…, nunca sabia lo que era cansarme allí… siempre quería repetir y repetir…Nunca fue suficiente; al caer la tarde ya la próxima parada era la casa de la Mamita Gilma, mi abuela materna donde me esperaban muchos primos para jugar, creo ahora que tal vez por eso paraba mi día en el centro comercial… lo posponía hasta el próximo sábado, y nos dirigíamos con mi hermana a terminar lo que era un sábado rutinario, a jugar donde la Mamita donde siempre iba a ocurrir algo que lo diferenciara de los demás.
Ahora con mis 23 años recuerdo con nostalgia todas esas caras que he dejado atrás, esos olores, esos contrastes, todas esos sabores, que hacían que me preocupara solo en encontrar a mi papá en un taller grasoso y oscuro o en una calle con dos esquinas destinadas las dos para mecánicos, pero muy diferentes entre si, ...o que quería pedir para almorzar en San Diego, que juego montar primero, pero con seguridad solo vivir como una niña de 8 años, pasar a una adolescente de 14 y después hasta mis 23 darme cuenta, … de …no recuerdo por qué?... todo lo que deje atrás… y que hoy traigo a mi memoria, y creo que son importantes para contar…; historias de mi pasado y otras que vendrán a futuro , estoy segura que escribiré… pero no para este fin, por ahora quedan en mi, con el deseo de utilizarlas luego… quizá ahora no sepa en qué? o para qué?, se que lo descubriré, lo sé.
TATIANA ATEHORTÚA ORREGO.

2 comentarios:

  1. .. me gustó mucho leer tu ensayo. Estuvo divertido

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  2. ..en especial lo del taller de mecánica. ja ja ja, me recordó el taller de mi hermano mayor

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