BERLIN

Berlín, “la ciudad europea sin forma” como llaman algunos se ha convertido desde 1925 en un sitio cultural, arquitectónico y punto radial financiero a nivel mundial. En 1939 tras la segunda guerra mundial la ciudad fue dividida en cuatro sectores. Veintidós años más tarde la RDA construyó el muro de Berlín que separo la ciudad.
Solo hasta hace treinta y cuatro años la “ciudad europea” fue redescubierta. En 1975 el Consejo Europeo inició uno de los programas de desarrollo urbano más exitoso de su historia. Bajo el lema “Un futuro para nuestro pasado. Herencia arquitectónica europea”, el Consejo Europeo no sólo logró dirigir la atención hacia la herencia de la “ciudad europea”, sino además posicionarla como modelo para una ciudad mejor ante el mundo. Este redescubrimiento o la renovación de la “ciudad europea” se realizo fundamentalmente a través de una política orientada a la protección de monumentos (Denkmalschutz). El objetivo último de esta política era proteger a individuos y comunidades de un mundo moderno caracterizado por profundas transformaciones económicas y sociales que harían peligrar la vida comunitaria.
Entre los días 8 y 10 de septiembre de 2005 se realizo en Berlín el primer congreso internacional del Consejo de Urbanismo Europeo (CEU), una red de académicos, urbanistas, arquitectos, políticos, representantes de asociaciones ciudadanas y movimientos sociales de distintos rincones de Europa, reunidos por su búsqueda del urbanismo europeo , así como precisar su trasfondo histórico, teórico y político.
En donde requiere construir con cierta conciencia, conservando el patrimonio urbano. Respetando la imagen de ciudad existente y el concepto de barrio, sin producir desordenes ni alteraciones en la imagen urbana, dónde el desarrollo inmobiliario no tenga que necesariamente destruir o simplemente olvidar lo antiguo.

Y centrándonos desde el punto de vista de retomar lo tradicional existe un barrio muy popular en Berlín Kreuzberg situado entre el Este y el Oste (una línea de piedras recuerda el trazado del desaparecido muro), sus tres cuartas partes limitaban con Berlín oriental. En él se mezclan decenas de diferentes nacionalidades que han aprendido a convivir con sus diferencias y sus puntos en común, así como también habita una gran cantidad de estudiantes y gente joven. Toda esta mezcla da como resultado un barrio vivo y muy entretenido. Caracterizado durante muchos años por ser un barrio cosmopolita y de gran acción política y sindical, en los años 70 y 80 se convirtió en el centro de los alternativos y las acciones de los ocupas se volvieron legendarias.
Kreuzberg es uno de los barrios más animados de Berlín, que acoge a una mezcla de punks, bohemios, anarquistas, y una gran comunidad turca. El barrio se ha desarrollado (gentrificado) en los últimos años con las empresas Web, galerías de arte, diseñadores, y su agitada vida nocturna lo ha hecho popular a nivel mundial, los departamentos se han renovado y se ha convertido en un lugar de moda, más y más caro.
De cierta manera es muy bueno que la arquitectura entre y se emplace en un lugar no solo para satisfacer las necesidades de las personas si no para también haga parte de ellas y se vuelve un sitio caracteristico de cada uno, pero algunas veces ese objetivo de la arquitectura no se cumple y es allí en donde empieza a afectar a las personas. La arquitectura también debe respetar esas costumbres y creencias y transformarlas o renovarlas para un bien general.
Es interesante como en ciudades ya tan modernas todavía existen lugares que rescaten y quieran cultivar una tradición.